No hay lonche gratis.
La tarde se teñía de soledad, de angustia y desesperación, nada especial pasaba por su mente en ese momento, el viento le golpeaba con desdén, hacía 3 meses que buscaba trabajo, sus ahorros mermaban de manera alarmante, y la esperanza empezaba a flaquear en su corazón.
Su último trabajo era tan simple y aburrido, día tras día sellando y amontonando papeles en una pila interminable, y el sonido del reloj viejo y polvoriento, jamás tocado más que para cambiarle la pila, con su tic-tac agobiante le recordaba el tiempo que le faltaba para salir de ese hoyo.
Ahora echaba de menos su aburrido y triste trabajo. En esas estaba, esperando el camión que le llevaría a su casa, cuando al voltear a la pared llena de anuncios, uno le llamó la atención:
"¿No encuentra trabajo? ¿Le gustaría ganar mucho dinero en poco tiempo? Nosotros le decimos cómo, no se requiere experiencia"
Tomó nota del número telefónico y se dirigió a una caseta, marcó y esperó. Al otro lado una voz agradable y paciente contestó:
- Buenas tardes, felicidades por haber dado el primer paso, le agendo en este momento una cita con nuestro representante.
Como autómata contestó:
- Buenas tardes, antes quiero saber de qué se trata, no puedo ir así nada más sin prepararme o saber si soy apto para lo que se requiere.
- Precisamente por esa razón debe usted primero hablar con nuestro representante en persona,¿le parece bien mañana a las 8:00 a.m.?, tome nota de la dirección por favor.
Llegando a su casa, todavía con las dudas rondando en su cabeza, se dirigió al baño y se preparó para darse una ducha, después de varias horas caminando y entrando y saliendo de varios posibles empleos, se sentía cansado, lo mejor era cenar algo ligero después del baño y descansar, mañana sería otro día.
Continuará...
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